Redacción de En Marcha
Órgano Central del Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador PCMLE
21-12-05

En Bolivia triunfa un anhelo de cambio de los pueblos

La victoria electoral de Evo Morales en las pasadas elecciones es un fenómeno político que se veía venir, pero los resultados finales sobrepasan notablemente las predicciones y las encuestas que hablaban que el candidato del Movimiento al Socialismo (MAS) obtendría el 38% del electorado.

Este triunfo se inscribe en la corriente democrática, progresista y de izquierda que toma cuerpo en los países latinoamericanos, expresada en varios procesos electorales y en el desarrollo de la lucha de los trabajadores y los pueblos que combaten por el cambio; es la respuesta a tres décadas de aplicación de políticas de ajuste impuestas por el Fondo Monetario Internacional y por gobiernos sumisos a la política estadounidense, que han afectado notablemente las condiciones de vida de los bolivianos.

Morales ha sabido recoger el sentimiento popular y ha levantado una propuesta política que contraría la definida por los Estados Unidos para la región. Su discurso plantea la defensa de la soberanía nacional, su oposición a la suscripción del Tratado de Libre Comercio, a la presencia de bases militares yanquis en el continente, promete la nacionalización de los recursos petroleros y gasíferos; reivindica los derechos políticos y materiales de los pueblos aborígenes y de las clases trabajadoras, lo que le ha permitido conseguir el respaldo de un pueblo que se encuentra movilizado, como se ha demostrado en estos últimos años a través de los levantamientos populares que han puesto fin a dos gobiernos anti-populares y pro-imperialistas.

Morales no solo triunfa por el respaldo de los pueblos aborígenes (aymaras, kichwas, guaraníes y otros), sino con el aval de sectores de trabajadores, mineros, campesinos, pequeños comerciantes, jóvenes, desempleados que votaron en contra del neoliberalismo y por el cambio social. Ahora tiene un gran compromiso y una enorme responsabilidad con ese pueblo que espera que el nuevo gobierno atienda sus necesidades por años postergadas. Algunos sectores sociales (como los organizados en la Central Obrera Boliviana, COB) han definido plazos para que Morales atienda algunas reivindicaciones y aplique determinadas medidas políticas. El nivel de movilización de las masas será, un factor determinante para que el programa político se aplique. Pero Evo Morales también deberá enfrentar una serie de acciones de boicot desde dentro y fuera del país impulsadas por el imperialismo norteamericano y la burguesía pro-imperiaista. Con seguridad la oligarquía cruceña y de otros departamentos persistirá en sus planteamientos autonomistas para fragmentar Bolivia; y el planteamiento de legalizar el cultivo de la coca será tomado como pretexto para hablar de ese país del altiplano como emporio del narcotráfico, para justificar acciones intervencionistas.

Los revolucionarios miramos con simpatía esta victoria política alcanzada por los trabajadores y los pueblos de Bolivia, que significa al mismo tiempo un duro golpe al imperialismo y a la burguesía nativa. El pueblo boliviano y su nuevo gobierno cuentan con nuestra solidaridad y respaldo en todas aquellas medidas encaminadas a golpear los privilegios de las clases dominantes y la dominación extranjera; en todas aquellas acciones que reivindiquen el derecho soberano de ese pueblo a vivir con libertad y en equidad.

Algunos datos para conocer la realidad boliviana.

Las dos últimas décadas de aplicación del neoliberalismo en Bolivia ha significado que, en el campo, el número de trabajadores asalariados disminuya de 73 mil a 64 mil. El número de unidades familiares que trabajan por cuenta propia -con economías básicamente de subsistencia- pasó de 43 mil a 447 mil. En las ciudades, el llamado sector informal, compuesto por unidades domésticas, artesanales, con relaciones familiares y no asalariadas, creció del 60 al 68% del total de la población ocupada. Así, el número de personas con contratos de trabajo disminuyó del 40 al 32% del total de la fuerza de trabajo.

Bolivia tiene pésimos índices de distribución de renta, sólo superados -negativamente- por Brasil. El 20% más rico dispone de una renta 30 veces mayor que el 20% más pobre. El 60% de la población vive en la pobreza en el conjunto del país, pero ese índice llega al 90% en las áreas rurales. El desempleo oficialmente registrado triplicó en los últimos 17 años, desde que los planes de estabilización monetaria comenzaron a ser aplicados, llegando al 13,9%, mientras la proporción de personas del sector "informal" -es decir, de trabajo precario- aumentó del 58 al 68% en 15 años. La mortalidad infantil es de 60 por mil nacidos vivos, siendo que la media del continente es de 28. La expectativa de vida al nacer es de 63 años, mientras la media de América Latina y de Caribe es de 70 años.

Dos y medio millones de campesinos tienen como principal instrumento de trabajo el arado egipcio, de 3.000 años atrás. La tecnología de punta sólo es utilizada en la extracción de petróleo y del gas, en las telecomunicaciones, en los bancos y en un 10% de la extracción minera y de la producción industrial.

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