Desde En Marcha
Órgano Central del Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador
Del 13 al 20 de Agosto de 1998

Declaración del Segundo Seminario Internacional "Problemas de la Revolución en América Latina"

Los Partidos y Organizaciones asistentes al II Seminario Internacional "Problemas de la Revolución en América Latina," en medio de un ambiente fraterno y entusiasta, hemos desarrollado una amplia y exhaustiva discusión de la agenda propuesta: "El imperialismo, su naturaleza y manifestaciones actuales," y "El Manifiesto Comunista, sus ideas, enseñanzas y repercusión en la lucha del proletariado y los pueblos" y, sobre esa base expresamos a América Latina y el mundo los siguientes criterios:

Sobre el Imperialismo

1. Vivimos la época del imperialismo y las revoluciones proletarias. Las expresiones de Globalización, neoliberalismo, recolonización del mundo, de ninguna manera significan un nuevo estadio en el desarrollo de la sociedad, por el contrario, ellas reafirman los elementos fundamentales por los que Lenin caracterizó a esta fase, como decadente y última en el desarrollo capitalista. El imperialismo no ha perdido su naturaleza rapaz y agresora; se mantienen y profundizan la exportación de capitales, el predominio del capital financiero y de los monopolios, la superexplotación de la fuerza de trabajo del proletariado y el saqueo de las riquezas de nuestros países, la disputa de mercados y zonas de influencia, el desigual desarrollo de los países capitalistas, etc.

2. La globalización plantea una nueva división internacional del trabajo, un nuevo reparto del mundo y de mercados, pretende enfrentar la crisis del capitalismo con la imposición de un conjunto de medidas que consoliden el mercado internacional único, en donde existan todas las libertades para la inversión y exportación de los capitales monopolistas, buscando liquidar las barreras nacionales, y atentando a la soberanía e independencia de las naciones y pueblos, afirmando la dominación de los grandes monopolios. Las economías nacionales son, ahora, más dependientes que antes, la ciencia y la tecnología son aprovechadas por las grandes potencias y sirven pira acentuar el dominio sobre los países.

Consustancial con este proceso, se fortalecen los mecanismos de dominación política. Son las embajadas imperialistas, particularmente la Norteamericana, los organismos internacionales, la OMC, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, las grandes potencias como: Estados Unidos, Japón, Inglaterra, Alemania, Francia, Italia, Canadá, Rusia, los que ordenan abiertamente las políticas que son aplicadas dócilmente por las clases dominantes de nuestros países.

3. La globalización, como expresión del imperialismo, no ha eliminado la disputa interimperialista, por el contrario, la ha profundizado; se mantiene la lucha por la hegemonía mundial, la disputa de mercados y zonas de influencia, se reproducen nuevos conflictos regionales y locales. La amenaza de guerra sigue presente, es cada vez más claro que el capital financiero se concentra en bloques imperialistas que se coluden contra los pueblos y rivalizan entre sí por sus propios intereses.

El Neo-liberalismo y su política de privatizaciones, la llamada modernización del Estado, reestructuración o reconversión del aparato productivo, la flexibilización laboral, forman parte de este proceso, han sido aplicadas en distintos niveles y buscan resolver la crisis capitalista en beneficio del capital financiero, sus socios y lacayos nativos.

4. Las crisis del imperialismo son cada vez más frecuentes y profundas, tienen un carácter estructural y se manifiestan en crisis financieras o bursátiles, en la producción, repercuten inmediatamente en todas las economías. No se resolverán mientras no se elimine la causa que las origina, ésta es, el carácter cada vez más social de la producción y la apropiación privada de la riqueza.

El imperialismo no ha resuelto los problemas de la humanidad. La mayoría de la población mundial no se beneficia de la riqueza que ella misma crea; ni de los resultados del vertiginoso desarrollo de las fuerzas productivas, la revolución científica y técnica ha servido para acumular mayor cantidad de riqueza en los países imperialistas, se ha profundizado la diferencia entre países capitalistas desarrollados y dependientes.

Hoy existen más explotados. Los pueblos de Asia, África y América Latina se debaten en la miseria, incluso en los propios países capitalistas desarrollados, importantes segmentos de la población son marginados de los beneficios sociales, al tiempo que crece el desempleo.

6. Frente a esta situación, la respuesta de los pueblos evidencia también un nuevo momento. Para nosotros, el reflujo de la lucha social, de las acciones de masas, de la lucha revolucionaria es una cuestión superada; se vislumbra un desarrollo de la lucha de masas, un nuevo auge de la lucha popular, los embates de las crisis del capitalismo son enfrentados con la movilización de millones de obreros, campesinos, jóvenes, mujeres y demás sectores populares. En distintas partes del mundo; varios gobiernos han sido echados por levantamientos populares, esta actitud de los pueblos tiene sus niveles, sus características en cada país. Los hechos nos permiten avizorar una nueva oleada revolucionaria.

Sobre la vigencia del Manifiesto Comunista

Al abordar el tema: "El Manifiesto Comunista y su Vigencia en la Lucha de los Trabajadores y los Pueblos de América Latina", los partidos y organizaciones participantes en el II Seminario Internacional, sostenemos que los aspectos esenciales de la doctrina expuesta en el Manifiesto Comunista tienen renovada actualidad, son el fundamento de nuestra teoría revolucionaria y es nuestra obligación estudiarla, examinarla, integrarla y aplicarla en las nuevas condiciones históricas del desarrollo capitalista y en medio de la realidad concreta y cambiante de cada uno de nuestros países.

Las tesis del Manifiesto, fueron la guía de revoluciones triunfantes y victoriosas del proletariado internacional iniciadas desde la Revolución de Octubre de 1917 y continuadas en las luchas de liberación social y nacional. Sus principios se han expresado en la lucha por el derrumbamiento del colonialismo y el neocolonialismo, en el combate al imperialismo, en el surgimiento como fuerza independiente del proletariado, han incidido en el arte, la cultura, la ciencia y en todas las manifestaciones de la vida social.

Los aspectos de principio constantes en el Manifiesto, tienen plena vigencia para comprender el desarrollo de la sociedad humana, la explotación y opresión capitalistas, la lucha de clases y la necesidad de las revoluciones de liberación nacional y social dirigidas por el proletariado y su partido, la instauración de la dictadura del proletariado y la construcción del socialismo y el comunismo.

1. El Manifiesto nos enseña que la existencia de las clases sociales y de la lucha antagónica entre ellas, es el resultado de modos de producción concretos e históricamente determinados. En el sistema capitalista la contradicción entre la producción social y la apropiación privada de la riqueza, a través de la explotación de la fuerza del trabajo, convertida en mercancía y la extracción de plusvalía, constituyen la base de la acumulación capitalista y del antagonismo entre las clases fundamentales: burguesía y proletariado.

2. Marx y Engels nos enseñan que al producirse la contradicción entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción se abre una época de revolución social. En palabras del Manifiesto, "Las fuerzas productivas de que dispone no favorecen ya el régimen de la propiedad burguesa; por el contrario, resultan ya demasiado poderosas para estas relaciones, que constituyen un obstáculo para su desarrollo". Esta ley científica del marxismo la estamos constatando.

3. La revolución social implica la construcción de una nueva sociedad, esta tarea histórica le corresponde liderar al proletariado revolucionario, su relación con las formas de producción más avanzadas le crean las condiciones para asumir esa responsabilidad, "los proletarios no tienen nada que salvaguardar; tienen que destruir todo lo que hasta ahora ha venido garantizando y asegurando la propiedad privada existente".

4. El Estado burgués debe ser derrocado mediante el uso de la violencia revolucionaria de las masas, para sobre sus cenizas, construir el Estado socialista que no puede ser otro que el de la dictadura del proletariado, que significa democracia para las más amplias masas trabajadoras y dictadura para la minoría explotadora derrocada.

5. La revolución exige la independencia ideológica y organizativa del proletariado y ésta solo puede ejercerse a través de su partido político que es la garantía fundamental para que la revolución social del proletariado, avance a la construcción del socialismo y el comunismo.

6. El marxismo, muy al contrario de lo que dicen los ideólogos burgueses, no está en crisis ni es una ideología muerta. Las diversas fórmulas reaccionarias para el engaño, como la teoría del fracaso del marxismo, del fin de la historia, de la racionalización del mercado, el azar como base del desarrollo social, globalización y otras, juntas o por separado, son desmentidas por la misma realidad que pretenden negar. Hay lucha de clases, lucha de los pueblos coloniales y dependientes, contradicciones interimperialistas, una minoría que explota a la inmensa mayoría de la humanidad. Esto se viene expresando en una reactivación de la lucha popular alrededor del mundo.

Por tanto es falso que el pensamiento comunista no sirva para interpretar los últimos desarrollos productivos, particularmente referidos a la revolución científico-técnica.

Estos avances no han cambiado el hecho de que vivimos en el sistema capitalista y aunque generan importantes cambios no significan ni la extinción del proletariado ni una nueva sociedad como pretenden los ideólogos burgueses.

7. El socialismo no ha fracasado. Las experiencias en su construcción lo mostraron como una sociedad superior, como un período de transición al comunismo, en el que persiste la lucha de clases, que en esta primera experiencia devino en una derrota transitoria. Es un zigzag que enfrenta la revolución.

8. A lo largo de estos 150 años, el Manifiesto Comunista ha sido un referente para la lucha de los obreros y los pueblos por la emancipación del trabajo y las naciones.

Ayer, inspirados en el Manifiesto, surgieron los primeros líderes obreros y organizaciones marxistas de Latinoamérica que llevaron adelante trascendentales luchas de inicios de siglo. El Seminario rinde homenaje a estos precursores del comunismo en la región, muchos de los que además dieron ejemplo en la búsqueda de una concreción del marxismo a nuestras realidades.

Hoy, la postura que se adopte frente al Manifiesto, es una clara línea divisoria entre los revolucionarios y los reformistas acomodados al sistema.

Constancia

En el Seminario se han planteado interesantes asuntos relacionados con las contradicciones fundamentales que concurren en la época, así como, en relación con los Estados nacionales, las enseñanzas que surgen de las derrotas ocurridas en la construcción del socialismo y acerca de la necesidad o no de contar con un programa común, entre otros, que nos convocan a profundizar la reflexión y el debate para en futuros encuentros arribar a posiciones comunes.

Los Revolucionarios y los pueblos

Los reunidos en el II Seminario Internacional "Problemas de la Revolución en América Latina", izquierdistas, revolucionarios, patriotas, marxistas-leninistas, de este Continente somos, sin duda, una expresión política consecuente frente al imperialismo y a las clases dominantes de nuestros países.

Somos revolucionarios que nos esforzamos por acrecentar los lazos con las masas populares, con los obreros, campesinos, maestros, jóvenes, mujeres que estamos dispuestos a llevarlos a la lucha y a la victoria. Nos anima una perspectiva clara, la lucha por el poder popular, por la revolución y el socialismo.

El debate sobre los problemas de la revolución, debemos hacerlo más a fondo y con rigurosidad. Debemos continuar estudiando, investigando la naturaleza del Imperialismo, y sus consecuencias en la vida, la organización y la lucha de la clase obrera y los pueblos.

Tenemos que realizar una ofensiva ideológica y política que destruya el mito de la invencibilidad de las potencias imperialistas, que afirme las virtudes de los pueblos y su capacidad para alcanzar la liberación social y nacional.

Profundizar nuestros esfuerzos políticos encaminados a desarrollar un proceso de unidad de las fuerzas anti-imperialistas; a avanzar en un programa de lucha anti-imperialista que contemple la defensa de la soberanía de las naciones y la libre determinación de los pueblos, un programa que unifique nuestro pensamiento y objetivos, que guíe la organización y el combate popular y nacional.

Para nosotros está claro que la lucha contra el imperialismo pasa por desenmascarar y combatir a sus sostenes, las clases dominantes nativas, las oligarquías que la hacen posible. Tenemos conciencia plena de la necesidad de deslindar campos con los oportunistas y traidores, con los apologistas de la dominación imperialista, con los que predican la impotencia y la inutilidad de la lucha.

Los combatientes por la libertad y la independencia nacional, las fuerzas de la revolución social debemos acrecentar y fortalecer el gran frente anti-imperialista de los trabajadores y los pueblos. Ese frente, por ahora, sumará las posiciones, el combate ideológico y político, la lucha huelguística y la movilización callejera, las diversas expresiones de la lucha armada revolucionaria a lo largo de las trincheras que están planteadas en todos los países. Debe golpear la dominación imperialista en su propio corazón, debe enfrentar la agresión cultural y la opresión nacional, debe apuntar contra la explotación. En cada sitio y ocasión los anti-imperialistas y patriotas nos expresamos combativamente; nuestra organización y lucha al tiempo que se dirige a nuestros objetivos se transforma en una acción solidaria con todos los trabajadores, con todos los luchadores, con los revolucionarios del mundo. Desde todas partes y en cada momento apuntamos al imperialismo, luchamos por la emancipación social de los trabajadores.

En este propósito planteamos lo siguiente:

La lucha de masas, el nuevo momento de ésta, requiere de una conducción revolucionaria que la dote del elemento consciente, el Partido. Cada lucha debe ser aprovechada para educar y organizar a los pueblos en la perspectiva del poder, del socialismo, corresponde a los revolucionarios ponernos a la cabeza de estas luchas.

Unir a los revolucionarios, a los anti-imperialistas, a los patriotas en las tareas para enfrentar al imperialismo, ello requiere de formas organizativas y la perspectiva de trabajar en un programa anti-imperialista.

Convocar acciones de solidaridad con los pueblos en lucha, en especial con Puerto Rico, Colombia y contra el bloqueo imperialista a Cuba. Respaldar y asumir como nuestra la convocatoria y la participación en el Encuentro de Sindicalistas a realizarse en República Dominicana, los días 7 y 8 de noviembre de 1998. Contribuir al fortalecimiento de organizaciones de masas como la CEA, OCLAE y otras.

Convocar a una jornada anti-imperialista Latinoamericana y del Caribe por el respeto a los derechos humanos, la libertad a los presos políticos y la soberanía nacional, para la última semana de noviembre; la misma implica organizar marchas, mítines, conferencias y otros eventos.

7. Desarrollar una vigorosa ofensiva ideológica, política y organizativa que propague las tesis revolucionarias, el marxismo-leninismo y confronte las distintas teorías burguesas actuales. Esto implica defender y desarrollar las ideas de Marx, Engels y otros revolucionarios del mundo y Latinoamérica.

El objetivo de esta campaña es el de unir las ideas revolucionarias con las grandes masas y en su lucha cotidiana.

8. Las organizaciones reunidas en este II Seminario Internacional nos autoconvocamos para la realización del III Seminario Internacional en la ciudad de Quito, dentro un año, en el mismo que nos comprometemos a participar y a trabajar por la participación de otras organizaciones.

Quito, julio 31 de 1998

Raymon Royer
ORGANIZACIÓN MARXISTA LENINISTA DE ANTILLAS

Jorge Rocha
PARTIDO COMUNISTA REVOLUCIONARIO (Argentina)

Carlos López
PARTIDO COMUNISTA COLOMBIANO

Ricardo Suárez
PARTIDO COMUNISTA DE COLOMBIA (ML)

Alfredo Holguín
JUVENTUD COMUNISTA DE COLOMBIA

Gerardo Benavidez
PARTIDO COMUNISTA DEL PERÚ (Patria Roja)

Manuel Salazar
PARTIDO COMUNISTA DEL TRABAJO (República Dominicana)

Blas Vargas
PARTIDO COMUNISTA DEL TRABAJO (República Dominicana)

Carlos Hermoso Conde
PARTIDO BANDERA ROJA DE VENEZUELA

Ciro Guzmán Aldaz
MOVIMIENTO POPULAR DEMOCRÁTICO (Ecuador)

Oswaldo Palacios
PARTIDO COMUNISTA MARXISTA LENINISTA DEL ECUADOR

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