Quito
Julio de 1999

Declaración del III Seminario Internacional Problemas de la Revolución en América Latina

Unamos nuestra voz y nuestra acción en contra del imperialismo

En el ocaso del presente milenio, el sistema capitalista - imperialista enfrenta una nueva crisis generalizada, que sacude sus cimientos. Nadie, ni la propia burguesía imperialista niega su existencia, sin embargo, hay una distancia marcada en la interpretación respecto de los orígenes y el desenlace necesario para superarla definitivamente.

Se trata de una crisis de sobreproducción relativa, que se manifiesta en todos los ámbitos, regiones y países, aunque aparece como si fuera una crisis sólo de carácter bursátil o financiero. Esta trae grandes sufrimientos a las masas y golpea con fuerza a las clases trabajadoras y pueblos, particularmente a los de los países dependientes. Sin duda, tal situación plantea a los revolucionarios la necesidad de aprovecharla para jalonar la organización y la lucha revolucionaria.

Desmintiendo los afanes de la burguesía internacional y el imperialismo respecto del supuesto fin de la historia y las luchas revolucionarias de los pueblos, constatamos que el reflujo que afectó al movimiento de los trabajadores, a las luchas de liberación social y nacional, a la lucha de los revolucionarios y comunistas quedó atrás.

Frente al deterioro de las condiciones de vida de los pueblos, a la conculcación de sus derechos y conquistas democráticas, al abultado peso de la deuda externa, ante las políticas reaccionarias y fascistisantes de los gobierno, los trabajadores y los pueblos se levantan en contra de la dominación burguesa y su política llamada "neoliberal", contra el imperialismo y las oligarquías nativas.

En varios países se está pasando de la acción defensiva a la contraofensiva. La clase obrera protagoniza grandes movilizaciones y huelgas por sus derechos. Francia, Inglaterra Alemania, Italia, Bélgica, Corea del Sur han escuchado la voz vibrante de la clase obrera en contra de la dominación del capital, de la reconversión y la relocalización industrial; dictaduras y gobiernos opresores como el de Suharto en Indonesia, Bucaram en Ecuador o Raúl Cubas en Paraguay han caído por la lucha de los pueblos; resurge el movimiento huelguístico en Japón y en los Estados Unidos miramos el combate de los trabajadores de empresas transnacionales.

América Latina es escenario de importantes luchas protagonizadas por diversos sectores sociales. No hay semana en que no estalle una huelga, un levantamiento, una toma de tierras, una movilización, etc. de gran trascendencia. Un día son los campesinos, otro los trabajadores de la industria o del Estado, el siguiente los jóvenes, el magisterio, o todos unidos para hacer retroceder a los gobiernos de las clases dominantes. Continúa la lucha contra el bloque imperialista a Cuba. En México y Perú persisten formas militares de organización que actúan a pesar de los esfuerzos de los enemigos por aplastarlas; en Colombia las fuerzas insurgentes se encuentran a la ofensiva, conquistando victorias militares y políticas.

Por ello reiteramos que asistimos a un momento de reanimación de la lucha de las masas a escala internacional, que esta recuperación va dando lugar a un ascenso del combate popular en varios países y regiones; existe una tendencia al crecimiento, al desarrollo de nuevas y masivas movilizaciones a una oleada de la lucha revolucionaria. En algunas de estas luchas estamos presentes, en otras nó, muchas de ellas se producen de manera espontánea. Tenemos el desafío de lograr que estos combates no sean aprovechados por la burguesía, el reformismo, la socialdemocracia para hacerlos funcionales al sistema, y, por el contrario debemos canalizarlos por la senda de la revolución y el socialismo.

En las masas existe un anhelo de cambio, sin embargo, si este se busca realizarlo en el marco de la institucionalidad burguesa, las luchas y el movimiento popular pueden caer en el reformismo, socialdemocratismo y la denominada "tercera vía", sin que ello afecte la estabilidad del sistema. Nuestra tarea no es mantener con vida el dominio del imperialismo y las clases dominantes, sino aniquilarlo, para construir en su lugar la sociedad de los trabajadores y el pueblo.

Para que estas luchas se enmarquen en los objetivos estratégicos que nos animan, los pueblos deben estar alimentados, enriquecidos con un pensamiento, una ideología y una política revolucionaria, por los ideales de la liberación y del socialismo, por el marxismo leninismo. Sin teoría revolucionaria no hay movimiento revolucionario, dice un conocido enunciado. Esto obliga a los revolucionarios a defender el marxismo frente al revisionismo, a poner atención al estudio y enriquecimiento de la teoría; unir la teoría a la práctica, y frente a ella definir las tareas que nos proponemos cumplir, resumiéndolas en una propuesta programática que se identifique plenamente con los intereses inmediatos y mediatos de las masas. La elaboración y perfeccionamiento del programa de los revolucionarios y comunistas es un instrumento político que clarifica nuestra acción y permite unificar a los sectores interesados en las transformaciones sociales.

En ello un importante papel cumple la propaganda revolucionaria de nuestros planteamientos, el enfrentamiento a la ofensiva ideológica reaccionaria y el combate a las ideas erróneas, que siembran el escepticismo y un espíritu derrotistas en el seno de las masas. La lucha educa. En horas de acción y combate, las masas aprenden lo que normalmente lo hacen en años de calma relativa. La tempestad de la lucha de clases, la confrontación por los intereses de los trabajadores en contra del imperialismo y de las oligarquías nativas, los combates por la soberanía y la independencia nacional constituyen una gran escuela para la educación política de las masas. Sin embargo, la lucha por sí sola, no basta para afirmar una política y una conciencia revolucionaria, es necesario que esa lucha se enmarque en el proyecto estratégico, lo que se logra con la acción política del Partido. Sin abandonar la lucha por las reivindicaciones y derechos de las clases trabajadoras y los pueblos, al contrario, presuponiendo que las impulsamos y nos apoyamos en ellas, nos proponemos encarrilarlas en los propósitos de la revolución y el socialismo.

Trabajamos por afirmar nuestra influencia ideológica, política y orgánica en medio del pueblo. Nutrir nuestras filas con los mejores combatientes provenientes de la clase obrera, el campesinado, la juventud y demás sectores oprimidos. Entregar nuestras energías para la construcción y desarrollo de las organizaciones de masas, para la construcción de las fuerzas propias del partido y otros instrumentos necesarios para el desarrollo de la lucha revolucionaria, como instancias unitarias, etc..

Reconocemos la validez y necesidad de diversas formas de lucha. La lucha armada se muestra vigente y como camino para conquistar la victoria. La lucha económica, por los derechos democráticos, la huelga, la manifestación y mitin callejero, la lucha electoral, la toma de tierras en el campo o en la ciudad, la lucha armada revolucionaria. Todas ellas útiles y necesarias responden y demandan su aplicación en función de una realidad concreta, de un momento específico. No obstante, estamos convencidos que sólo con la violencia organizada de las masas, con la lucha armada de los pueblos conquistaremos el poder. El camino de la conquista del poder pasa por la utilización y combinación de todas estas formas de lucha.

Junto a nosotros luchan una serie de organizaciones revolucionarias, antiimperialistas, democráticas, progresistas que se oponen a la dominación y explotación del imperialismo y las oligarquías, que coinciden con varios de nuestros puntos de vista, con quienes buscamos establecer acciones unitarias. La unidad de estas fuerzas es una condición para avanzar en el proceso revolucionario, se consolidará en medio de la acción, de la lucha en el seno de las masas y sus organizaciones.

Frente a la dominación imperialista, del dominio internacional del capital, levantamos las banderas del internacionalismo proletario. Los trabajadores, los pueblos, los revolucionarios y los demócratas tenemos la gran responsabilidad de luchar juntos para oponernos al imperialismo y su política de opresión y explotación. Ratificamos el principio de que la revolución tiene la tarea y la capacidad de derrocar al capitalismo, al imperialismo y sus aliados en cada uno de los países. La lucha revolucionaria en los países debe contar con la solidaridad internacional y a su vez ésta contribuye a la lucha general contra el enemigo común.

En los países latinoamericanos existe identidad de problemas y aspiraciones, que surgen de elementos comunes como la dependencia hacia el imperialismo, -principalmente norteamericano en disputa con otras potencias imperialistas-; el lento y pequeño desarrollo de las fuerzas productivas, producto de la injerencia extranjera; la aplicación de políticas llamadas neoliberales que han agudizado los problemas económicos y sociales de la población; el proceso de recuperación de la lucha de las masas, la tradición de lucha conjunta expresada en los movimientos independentistas. Todo esto abona en beneficio de la acción internacionalista y de solidaridad antiimperialista. Esta lucha se conjuga con la de los pueblos oprimidos de otros continentes y con la lucha del proletariado internacional. Tenemos un compromiso con la clase obrera y los pueblos de cada uno de nuestros países, con la revolución en el respectivo terruño, un compromiso con la clase obrera mundial y sus objetivos históricos. Reiteramos nuestra decisión de cumplirlo.

El Tercer Seminario, rinde su homenaje a la memoria del camarada Jaime Hurtado Gonzalez, prestigioso dirigente político de los trabajadores y el pueblo ecuatoriano, asesinado el 17 de febrero pasado en Quito. A su vez nos autoconvocamos para volver a reunirnos dentro de una año, en el IV Seminario sobre los Problemas de la Revolución en América Latina.

- Partido Comunista Revolucionario (PCR) de Argentina
- Corriente Marxista Leninista (Argentina)
- Foro de Autonomía e Independencia de clase (Brasil)
- Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC-EP
- Ejército de Liberación Nacional -ELN- (Colombia)
- Ejército Popular Liberación -EPL- (Colombia)
- Partido Comunista de Colombia - Marxista Leninista- ( PCdeC -ML )
- Colectivo Sindical Clasista "Guillermo Marín"
- Coordinadora Agraria
- Movimiento Popular Revolucionario Paraguay Pyahura
- Partido Comunista del Perú - Patria Roja-
- Partido Comunista del Trabajo (PCT de República Dominicana)
- Movimiento Independencia Unidad y Cambio (MIUCA de República Dominicana ) - Partido Bandera Roja (Venezuela)
- Partido Comunista de Alemania (KPD)
- Partido del Trabajo de Bélgica (PTB)
- Partido Comunista Revolucionario (TDKP) de Turquía
- Movimiento Popular Democrático (de Ecuador)
- Juventud Revolucionaria del Ecuador (JRE)
- Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador (PCMLE) -

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